La alimentación es una necesidad básica del ser humano. Si esta es equilibrada permite que sea nutritiva, es decir que aporte todo lo que necesitamos para una adecuada composición corporal y poder realizar todas las actividades diarias. Pero cabe aclarar, que también pueden ser causa de enfermedad, es por ello que hoy es toda una ciencia y es una de las actividades más importantes y a la que más tiempo le dedicamos los seres humanos.
Hoy la globalización permite tener acceso inmediato a información de todo tipo y de todas partes del mundo y es justamente ante estas circunstancias que surgen dudas, confrontando los saberes previos, culturales, sociales y todo lo nuevo.
Quizás la vorágine de la vida moderna no permite prestarle la atención que merece y quizás esto hace de la alimentación una actividad arriesgada que hoy está dañando nuestra salud, pero los seres humanos tenemos la posibilidad mediante nuestra atención plena y consiente, a hacer de esta la aventura más agradable con la que nos encontramos varias veces en el día.
Cada vez que estamos frente a un alimento ò preparación… ¿somos conscientes de todo lo que ocurrirá con este desde que lo tomamos? ¿Identificamos que nutrirá nuestro cuerpo? ¿Detectamos nuestro pensamiento en relación a ella si es que lo tenemos? ¿Conectamos las emociones y sensaciones que tenemos en nuestro cuerpo al ingerirlas? ¿Interpretamos esos impulsos que nos llevan a tomar la decisión de ingerirlo ó no?
Tomar la alimentación como un acto complejo, teñido o influenciado por aspectos genéticos propios, como del macro y microambiente en el que nos desarrollamos desde nuestra gestación, también influyentes geográficos que definirán la accesibilidad y disponibilidad de los alimentos, y a su vez los aspectos psicológicos relacionados a nuestros saberes previo (culturales, familiares, educativos, etc.) hace que cada que alimentamos, èsta sea toda una aventura que si la hacemos un acto consiente, será placentera y nutritiva.
Abrirnos a explorar el proceso de cómo nos cuidamos desde la alimentación mediante el estar en el “aquí y ahora”, y ser consciente de lo que ocurre en mi cuerpo que implica las sensaciones, emociones y lo netamente biológico (todo ese proceso de ingestión, digestión y absorción) hace de la alimentación la gran aventura, la cual a medida que nos empoderamos de saberes y nuevas alternativas no dejara nunca de sorprendernos.